Un remake fantástico, pero la pregunta clave es: ¿Es para ti? Mi respuesta es un SÍ rotundo, siempre y cuando tengas claro un par de cosas: 1. Es Survival Horror, no Acción Pura. Este juego no es Resident Evil 4. Es una experiencia más pausada, metódica y centrada en la exploración, la gestión de recursos y la tensión. Si te agobia la escasez de munición y prefieres la estrategia antes que la acción desenfrenada, aquí encontrarás una joya. 2. Detalles gráficos menores. El juego se ve espectacular, pero tiene un detalle gráfico conocido con los reflejos (pixelación). Afortunadamente, es algo que se puede ignorar por completo o solucionar fácilmente desactivando los "Reflejos de espacio de pantalla" en las opciones. Si eso no te desanima, te espera un juego increíble. La jugabilidad over-the-shoulder es cómoda, fluida y cada disparo se siente contundente. Los escenarios, especialmente la comisaría, están diseñados de forma magistral para crear una atmósfera opresiva. Aunque la campaña de Leon es relativamente corta, es intensa y muy rejugable. Lo mejor es que RE2 Remake te obliga a usar el cerebro: no todo es disparar; tienes que resolver acertijos, gestionar tu inventario y planificar tus rutas. Una verdadera experiencia de supervivencia.
Uno de esos juegos cuya foto podría estar en una enciclopedia de videojuegos en la entrada de juego de acción y aventura. Aunque lo jugué en 2018 y en su momento me pareció fascinante, y a pesar de la hermosa calidad visual que tiene, hay que decir que el tiempo no ha hecho demasiado en su favor. Claro, en su momento era algo fresco, pero ya con los otros dos Spidermans e incontables juegos de este género en tercera persona por parte de Sony y otras empresas, es difícil decir lo mismo. Lo que está claro es que tanto Miles Morales como el 2 son mejores en muchos sentidos. El principal, en el ritmo narrativo. El segundo, que a su vez hace posible el primero, en las actividades secundarias. Mientras que en Miles Morales son las justas y en Spiderman 2 son un poco más, acá se peca por exceso. No son ya solo las misione secundarias que se irán habilitando a medida que avancemos en la historia o que dependerán de haber hecho antes otras secundarias; no son solo las misiones de investigación, quizá las más entretenidas después de las secundarias, son también todas las bases que hay que hacer: de sable, de los prisioneros, de todos los DLC, etc., pero sobre todo son los malditos crímines, 20 por distrito. ¿A quién se le ocurrió semejante aberración? Bueno, también es cierto que estamos hablando del 2018, cuando todavía muchas de las cosas que desde hace años saturan a los mundos abiertos estaban en su máxima expresión. Sí, a pesar de Zelda BotW. Y a lo anterior hay que sumarle las secciones con MJ y con Miles, que son bastante sosas, lentas, absolutamente innecesarias. Y a pesar de todo esto tengo que decir que es un juego muy entretenido, con un combate que bebe y debe mucho a la maravillosa saga de Arkham, hoy lamentablemente ya perdida en el limbo de una Warner que no supo conservar el talento de, a su vez, una Rocksteady de la que ya no sé qué esperar, visto lo visto con su último juego, el tristemente recordado Suicide Squad (que, ojo, si nos concentramos solo en la campaña de 15 horas y en la jugabilidad, descartando toda esa moralla de micropagos, es muy disfrutable y no tan malo como parece). Pero, en fin, que me voy por las ramas (y no voy a negar que me gusta). La cuestión, digo, es que es un juego entretenido, con una jugabilidad muy muy pulida y fácil de masterizar. Pensé que los jefes me iban a costar en la dificultad más alta, pero nada más lejos de la realidad. Y por otro lado cumple la fantasía de balancearnos por NY como en ningún otro Spiderman, con postales visuales que podrían haber sido capaces de quitar el hipo hace 8 años y que hoy, más allá del tiempo, mantienen muy bien el tipo. ¿Te gusta Spiderman? ¿Te gusta Marvel? ¿Te gustan los juegos de acción y aventura en tercera persona centrados en una historia liviana y amena? Si a todo eso se puede responder que sí, no hay mucho más que pensar.